Un Koan muy mal hecho
1 min readJun 3, 2019
En la villa 1.11.14 que queda a cuatro cuadras del Parque Ueno había un grupo de hombres. Dos de ellos estaban arrodillados con sus manos detrás de la cabeza. Parece que estaban a punto de ser ejecutados.
— ¿Tienen algún último deseo? — Dijeron los verdugos, señalándolos con sus armas de fusilamiento.
— Sí, déjenme ir — respondió uno de los arrodillados.
Y lo dejaron ir.
— Ejecuten al que se acaba de ir — dijo el segundo.
Y los mataron a los dos.