El caballo

Naoto Nakasone
3 min readSep 23, 2019

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Revoil era un embajador de España en la época de Enrique IV, un rey muy querido por el pueblo. Entre motivos de urgencia se acercó a los cuarteles reales para discutir sobre lo ocurrido con el hackeo a las cuentas de Instagram de las páginas del gobierno francés en los que ridiculizaban gravemente a los reyes de España.

Poco se esperaba encontrar con la reina viendo un show de Andy Kaufman y al propio Enrique IV, muy querido por el pueblo, en cuatro patas haciendo de caballo para sus hijos.

— Señor, es un caso de extrema urgencia, necesitamos ponerle un alto a los hackers.

— ¿Ustedes tiene hijos? — Respondió el rey, que era muy querido por el pueblo.

— Sí, ¿no vió lo que posteé el otro día en mi cuenta privada con candadito?

— Entonces comprenderá que estoy ocupado — Respondió Enrique, el cuarto, que era muy querido por el pueblo.

— Pero su majestad, que es muy querida por el pueblo, es un caso de extrema urgencia.

La reina puso en pausa el video y miró a Revoil, que era un embajador de España en la época de Enrique IV, muy querido por el pueblo.

— Madre, dejame manejar esto a mí — Interrumpió Luis XIII, que tan sólo tenía 4 años de edad — ¿Usted considera que la educación de los niños no es de urgencia ni importancia? — Miró a Revoil con la postura de un rey montado en su corcel, cuando sale la luna.

Entonces se bajó de su caballo, que era muy querido por el pueblo, y llamó a los guardias que esperaban en la puerta de la habitación.

Los guardias tomaron a Revoil por los brazos y lo llevaron arrastrando a la plaza central. A punta de florete se le puso una montura y se lo obligó a actuar como caballo.

Los niños que subían a montarse en él se decepcionaban ya que su interpretación de un corcel era mucho peor que la del rey, que era muy querido por el pueblo. Por lo que Enrique IV, que era muy querido por el pueblo, entregó un rebenque a los niños, que golpearon tan repetidamente a Revoil que comenzó a relinchar de terror como los caballos de un jinete de vanguardia.

En el terror de sus ojos se podía ver cómo evolucionamos una especie entera para nuestra utilidad, le dimos un lugar de importancia en nuestra cultura hasta que de un día para el otro lo reemplazamos por el automóvil. ¡Vaya a saber quién sabe lo que es un caballo de fuerza siendo que nunca hemos observado un caballo en su máxima fuerza como para determinar la proeza de un automóvil!

Eso sí. Estamos armados a la medida del caballo. Extinguieron medio Aokigahara y el Impenetrable para armar los durmientes de las vías. Unas vías que miden como una carreta. Y todas las carretas tienen el ancho de dos caballos.

Revoil pensó en la caballería, y después en la evolución. Hace poco descubrieron que la pezuña (que originalmente era la punta del pie) es más bien un sólo dedo que ha monopolizado toda la pata. Es más, se descubrió también que el dedo dominante es el del fuck you.

Ante la revelación del dedo del medio, Enrique IV, que era muy querido por el pueblo, permitió a Revoil retomar sus actividades usuales.

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Borradores y cosas sin introducción, nudo o desenlace

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