La esperanza es un globo con helio

Naoto Nakasone
2 min readAug 30, 2018

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Me mordieron y mi zombie es un pelotudo. No me puedo alejar mucho -como fantasma- porque mirá si encuentran la cura y mi cuerpo queda todo duro y sin alma como un koh-i-noor. Creo que estoy hecho de no-sustancia, así que correa no le puedo poner, aunque por ahí soy una proyección astral y sigo siendo el muerto, no sé. De hecho, todo esto es parecido a ver un reality show de esos que había cuando sabíamos distinguir entre un bife y el cogote de un tipo que le falta cardio.

Se cae por un barranco, se da la frente contra el marco de alguna ruina o se queda encerrado en un supermercado de Oncativo por tres semanas. Me reiría si no fuera porque se trata de mí mismo.

A veces, les juro, quisiera que me peguen un tiro a ver qué le pasa a mi espíritu. No va a venir nadie, hace rato que andaba solo cuando vivo, menos voy a encontrar a alguien estando muerto y corriendo a cuanta rata y gato que pase por adelante. Yo venía bien. Venía sobreviviendo hace rato, pero les juro, les juro que me moría por fumarme un cigarrillo. Y me morí.

Metí la mano abajo de un mostrador para ver si había algún atado y cuando por fin encontré, me mordieron. Después me quise prender el cigarrillo igual, me subió la fiebre y lo siguiente que recuerdo es verme en tercera persona con el pucho pegoteado en el cuello de la campera.

Estoy impaciente por saber si es posible encontrar una cura. Lo más seguro es que no, pero tampoco me cuesta tanto esperar para ver. Mi cuerpo es cada vez más irreconocible mientras se va desintegrando. Yo insisto, sería muy desafortunado abandonar la esperanza y que al final fuera posible volver.

Sobre todo porque más que la humillación de verme pudrirme no tengo mal recuerdo que me vuelva irreconciliable con mi cuerpo. Todavía no se comió- quiero decir- todavía no me comí a nadie.

Una vez estuve cerca. Era un grupo revisando un supermercado, los ruidos llamaron la atención, grave error. Yo cuando estaba vivo no cometía estas equivocaciones y sin embargo soy un fiambre igual. Me perdieron porque mi zombie se confundía entre las góndolas.

A veces pienso que debería irme y dejar mi cadáver a la deriva para no atestiguar algo que pueda cometer. Temo quedarme más tiempo y verlo pudrirse o cometer un imperdonable.

Me siento como su globo de helio. Soltarme es una libertad momentánea culmine en mi desaparición pero permanecer es dejarme achicar a cada momento hasta ser un un cacho más pesado que el hilo que me sostiene.

La esperanza es un globo con helio.

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