Hansel y Gretel

Naoto Nakasone
2 min readApr 18, 2020

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Érase una vez dos niños llamados Hansel y Gretel , quienes vivían con su padre leñador y su madrastra cerca de un espeso bosque. La situación de la familia era precaria, vivían con mucha escasez y apenas tenían para alimentarse.

Una noche la cruel madrastra le sugirió al buen leñador que se encontraba atormentado pensando que sus hijos morirían de hambre. — “Debemos abandonarlos en el bosque, ya no hay suficiente comida. A lo mejor se encuentran a alguien que se apiade y les dé de comer”.

Al principio el padre se opuso rotundamente a la idea de abandonar a sus hijos a la merced del bosque. — “¿Cómo se te puede ocurrir semejante idea, mujer? ¿Qué clase de padre creés que soy?” — le respondió enojado.

La mujer que estaba dispuesta a deshacerse de la carga de los niños, no descansó hasta convencer al débil leñador de que aquella era la única alternativa que le quedaba.

Los niños no estaban realmente dormidos, por lo que escucharon junto a la puerta de su habitación toda la conversación. Gretel lloraba sin parar, pero Hansel la consoló asegurándole que tenía una idea para encontrar el camino de regreso.

A la mañana siguiente cuando los niños se disponían a acompañar a su padre al bosque como hacían a menudo, la madrastra les dio un pedazo de pan a cada uno para el almuerzo. Así fue como los niños siguieron a su padre hasta la espesura al bosque, sabiendo que este los iba a dejar allí. Hansel iba detrás, dejando caer migas de su pan para marcar el camino por el que debían regresar a la casa.

Cuando llegaron a un claro, el padre les dijo con una tristeza profunda. — “Esperen aquí hijos míos, iré a cortar algo de leña y luego vendré a buscarlos”.

Hansel y Gretel se quedaron tranquilos como su padre les había pedido, creyendo que tal vez había cambiado de opinión. Se quedaron profundamente dormidos hasta que los sorprendió la noche y siguiendo la luz de la luna, intentaron encontrar el camino de regreso. Pero por más que buscaban no podían encontrar las migajas de pan.

Luego descubrieron un pájaro muerto, al rato encontraron otro, y otro.

Siguieron el camino de pájaros muertos y lograron llegar a la casa; donde encontraron a su madrastra muerta porque el pan estaba vencido y tenía Rhizopus nigricans.

No es buena idea comer el pan si se ven rastros de moho en él. El Nigricans, es uno de los mohos que puede causar infecciones si no se tiene cuidado. Puede causar reacciones concretas alérgicas e incluso la muerte. En microbiología industrial, este moho es usado en la bioconversión de progesterona en 11-alfa-Hidroxiprogesterona, una etapa en la producción de cortisona.

Es del reino fungi, filo zygomicota, clase zygomicetes, orden mucorales, familia mucoraceae, género rhizopus.

Ese pan se debe tirar por completo en vez de sólo cortarse el pedazo con color.

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